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martes, 22 de abril de 2008

Maktub, por Alvaro Castillo Granada

(para ti)
Lo que jamás podré escribir es lo que piensa mi mirada cuando se desliza, como una gota de agua, sobre la superficie de un seno. Cuando se transforma en un silencio que recorre lo que un escote no le deja ver, pero le ofrece. Camino con mi atención dispersa, algo que puede confundirse con la concentración. Nada más ajeno a esto. Voy mirando lo que me rodea deslizándome, deteniéndome a veces, registrando puntos que me sirvan para no perderme ya que es muy difícil para mí memorizar una dirección. Más que saber a dónde
voy sé cuál es el rumbo que debo seguir: trazo un mapa con mi memoria hecho de puntos que dibujo y momentos que me llevan a otro tiempo. Una señal tiene el mismo valor de un instante. Es extraño. Creo que el poder máximo de concentración que tengo (no es chiste) es cuando un escote se aproxima a mí o me topo con él: mi mirada se expande y abarca. Se transforma en un silencio que rodea e imagina. Un silencio que puede durar uno o dos segundos. O más. Eso basta para que en mi memoria se grabe esa forma y no la olvide. Cierro mis ojos y puedo recordar cientos de escotes, cientos de senos vistos o entrevistos, admirados y tocados, besados y saboreados, como recuerdo los libros que tengo, los que me acompañan. Siempre quise tener libros. No importaba si muchos o pocos, tan solo los que quería alguna vez leer. Esto lo supe desde muy niño. Desde cuando empecé a usar la biblioteca de mi colegio, revisar el fichero, visitar librerías de nuevos y usados. Más de las segundas que de las primeras. Mis gustos e intereses se fueron definiendo desde entonces: ellos me han acompañado y han hecho el lector que soy. Siempre dejando, claro, la puerta abierta de par en par para que el asombro pueda entrar y airearlo todo. A los libros que tengo les agrego mi tiempo. Leer es añadirle mi tiempo al texto. Confundirlo y crear uno nuevo que sólo existe en mí, para mí. Es una experiencia inexpresable, inatrapable, al igual que lo que ve mi mirada cuando intenta ver lo que oculta un escote. Ese otro tiempo, la lectura, queda condensada en las marcas que dejo en el libro: lo que señalo, subrayo o escribo. Es también, ahora lo veo así, una nueva escritura que espera una nueva lectura. Puede ser la mía o del que venga después. Por préstamo, robo, donación o herencia. El destino de los libros es tan raro. ¿Cuál será el de los míos? ¿Se perderán en un mercado para encontrar nuevos ojos? ¿Se conservarán las colecciones, esas que he ido formando casi sin querer desde hace tantos años? ¿Serán la materia prima para otros libros? ¿Terminarán arrojados por una ventana como le dijo Juan Carlos, el viejo, a Carlos, el librero, que sucedió con los del habitante de la casa de Reina 108? Los miro en sus estantes: su orden sólo yo lo entiendo. Sólo yo sé el tiempo que les ha agregado mi lectura. O mi esperanza de lectura. Sé que no los voy a poder leer todos. La vida no me va a alcanzar. Mi tiempo y el suyo no crearán uno nuevo. No importa ya: quedará ese tiempo latente como una posibilidad. Camino por el mundo distraídamente: recordando lugares y hechos para no perderme. Mi mirada pasea esperando que unos senos sugeridos la devuelvan a la realidad. Voy por mis libros, ando por ellos, mirándolos así también. Jamás podré escribir lo que siente mi mirada, nunca seré capaz de escribir el poema de Guillermo de Aquitania que trata de la pura nada “sino que fue compuesto durmiendo/sobre un caballo”. Todo escote es una ventana, una puerta. A veces podemos entrar. En ese instante el mundo puede convertirse en una naranja. Y la belleza, la belleza...

Alvaro Castillo Granada (Bucaramanga, Colombia, 1969). Librero y lector. Director Ediciones San Librario, colección de poesía y narrativa que ha publicado 25 títulos. Autor de: "el libro (recuerdos de un lector)", 2004, "Julio Cortázar Una lectura permutante del Capítulo 7 de Rayuela", 2005, y "En viaje", 2007. En la actualidad está desarrollando una investigación sobre la presencia de Pablo Neruda en Colombia. Textos suyos han aparecido en Colombia, España, Ecuador, Cuba, México y Argentina.