- ¿Usted es el que viene por la plata?
- Sí, ¿está tu mamá?
- Ya viene, está en el baño. Me dijo que espere.
Luciana lo guío por el pasillo oscuro hasta el patio y le indicó una silla para sentarse. El hizo un gesto de no darle importancia y permaneció de pie. Hacía calor. El patio estaba limpio y lleno de cachivaches. A un costado, había un cochecito de bebé, con señas de bastante uso. También un balde rojo sin manija, una palangana de metal, un lavarropa contra la pared